Emoción o sentimiento, Felicidad o Alegría …¿Qué se persigue realmente?
Cuántos no queremos alcanzar la tan anhelada Felicidad o Alegría y a veces eso tan anhelado se posterga sin darte cuenta o a veces, es tan abstracto y soñado que ni sabes si lo eres o no.
La alegría es como algo que te estalla en la cara, se siente en el presente, un momento corto, una risa explosiva, una canción que te estalla. Esos pequeños momentos cortos construyen la felicidad como dice Alex Rovira, como si fueran pequeños ladrillos que arman el muro de la felicidad. La felicidad es más un estado de calma, de plenitud, un poco orientada en el futuro sin saber que podemos tenerla, incluso, sin ser consciente de ella.
Esa es la diferencia entre una emoción y un sentimiento. La alegría es una emoción, una expresión corta e intensa que se cultiva con la gratitud, con el estado de presencia continua, de vivir en el aquí y en el ahora dónde encuentras en algo simple y cotidiano segundos de intensa
La felicidad es un sentimiento. Es una sensación larga y menos intensa que se va construyendo no solo con las emociones, es decir, con pequeñas alegrías,sino también alimentando la actitud, que al final es un entrenarse a tomar pequeñas decisiones que determinan una reacción, alimentando la gratitud para disfrutar del sol cuando caminas, de un gesto amable de un desconocido, de un momento de silencio tranquilo.
Cultivar la felicidad
Nosotros creemos que la felicidad, al igual que la alegría, se cultiva. Vemos al ser, al cuerpo, mente y espíritu que se constituyen como un terreno fértil donde podemos poner semillas. Con conversaciones que te resulten interesantes, sintiendo pequeñas recompensas con lo que haces en el trabajo, en los exámenes. Aprendiendo de las situaciones complejas y tristes. Atravesandolas y quedándote con algo que realmente te sirva en lo que siga de tu vida.
La felicidad no solo tiene que ver con las emociones, también con la parte cognitiva. Por eso se cultiva, se entrena como la memoria, se escucha como a un profesor o un podcast del que quieres aprender algo. Se transforma y se alimenta también de la manera que tienes de superar el miedo o la tristeza. De lo que queda un rompimiento amoroso. O de la capacidad que tienen de enfrentar a un amigo que no ha hecho las cosas bien o de superar un duelo de esos que rompen el corazón.
También se encuentra en la capacidad y la fuerza que tienes de volver a construirlo.
Así pues que honramos esta gran palabra y estado de plenitud y calma que si lo agarras, deja de ser un sueño y se convierte en algo tan cotidiano como disfrutar del olor del jabón del baño, del agua que bebés o del saludo de tu mascota cuando llegas a casa.