Las nuevas masculinidades hacen referencia a elementos que podemos desaprender roles de género que limitan potenciales humanos en distintos ambientes cotidianos.
Así como lo femenino se confunde con debilidad, a los hombres se les ha permitido poco manifestar el afecto. Se les niega la ternura cuando lo femenino en el hombre es capacidad de cuidar, de proteger, de desarrollar el potencial del recibir y compartir su fuerza. El lado femenino no es lo mismo que el identificarse como una mujer. Todos los seres tenemos un lado femenino y masculino que determina un actuar y que no esta va por el sexo o el genero con el que nos identificamos.
Las mujeres han estado condicionadas al espacio privado: el hogar, los hijos, ir por las calificaciones, dormir a los hijos. Los hombres han estado destinados a lo público: el trabajo, los cargos de alto rango, el poder.
El reflexionar sobre estos temas nos permite generar consciencia en torno a asumir responsabilidades directas sobre lo que somos, cómo nos relacionamos con otros y el rol que queremos asumir, no el que nos condiciona la cultura o hábitos viejos que no necesariamente estamos de acuerdo a asumir y que por comportamientos automáticos o sesgos mentales no nos damos cuenta que asumimos.
Consecuencias de no abrir nuevas masculinidades
Por esto los hombres se asumen más en soledad, se quedan más solos en la vejez, les cuesta compartir sus dolores, manifestar la tristeza, tener relaciones profundas que no pasen por el alcohol o manifestar el afecto con gritos o violencia.
Más que el poder del corazón para ver más allá y descubrir el miedo a la soledad que se esconde a veces detrás de un golpe o celos excesivos, o el miedo a enamorarse y perder el control detrás de un hombre mujeriego.
Muchas veces en las ferias a las que vamos con el Abrazador, vemos que son los niños hombres quienes más insisten en comprar un Abrazador y nos encanta porque es permitir desde pequeños en ellos la capacidad comportamientos que les van a dar fuerza. Que les van a permitir la honestidad, el no sentirse vulnerable por sentir y explorar su lado femenino.
Por el lado contrario, muchas veces las mujeres sienten que si quieren alcanzar posiciones más altas tienden a adoptar posturas más masculinas: el tono de voz, las posturas corporales.
El Abrazador y lo masculino y femenino
Cuando trabajamos este tema en los talleres con el Abrazador, es como si abrieramos una puerta donde permitimos que un niño encerrado en un cuerpo de adulto pudiera abrazar y abrir el corazón a su propia fuerza.
Más allá de la fuerza de ambos aspectos, el feminino y el masculino, ayudamos a eliminar sesgos que nos excluyen en la capacidad humana. Juicios y clasificaciones que generan violencia de distintos tipos y está también en la mujer soltar el control que culturalmente nos asignan que a veces no permite que el hombre ocupe un lugar de cuidar o tareas paternales.